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Siempre...

Siempre...

12 de febrero de 2018

Oscuro Misterio


Aquel respiro, aquel aliento, dolía como miles de cuchillas atravesando mi carne, filosas e insidiosas como veneno corroyendo, cada jadeo era apenas la punta del iceberg del dolor que se apoderaba de mí ser, mis manos trataban de arrancar el corazón de mi pecho frenéticas en un intento por detener aquel tormento, pero estaban aferradas por brazos de hierro. Sentía como mi cascara se contorsionaba, convulsionaba, pero era sujeta por cadenas invisibles ¿en realidad existían?

Mis ojos buscaban frenéticos, pero no encontraban más que oscuridad, se cernía sobre mí, me cubría como una capa ¿Qué sucedió para que todo estuviera así? Sólo podía escuchar respiraciones entrecortadas que se esforzaban una tras otra y el aliento que escapaba como un siseo, pero no sabía de donde venían aquellos sonidos, mi cuerpo temblaba, casi parecía que se deslizaba por la superficie sobre la que estaba.

Me congelaba, pero ese hielo también quemaba, quería gritar pero algo me acallaba, no podía, quería rogar ¡Quiero rogar!, ¡Déjenme morir! Estaba dispuesta a suplicar, me di cuenta que una mano acariciaba mi frente despejándola de cabellos húmedos por un sudor que no sentía sobre la piel, entonces comprendí de quien era cada respiración, los siseos amenazantes eran de la persona que me ofrecía sus caricias en un intento de consuelo y la respiración forzada era la mía.

Percibí un movimiento alarmado a mí alrededor, cuando mis pulmones trataron de negarse a seguir funcionando bajo tal agonía, pero aquellas manos que se agitaban sobre mí como mariposas, no querían dejarme ir, era como si no quisiera que me escapara como agua entre sus dedos.

Escuchaba palabras que llegaban a mi distorsionadas, pues no podía concentrarme gracias al dolor para poder entenderlas, pero aunque fuese increíble, aquella presencia que se aferraba a mi, tratando de sujetarme a su lado, me dio fuerzas para seguir resistiendo aquella tortura, mi respiración comenzó a acompasarse y mis latidos parecían buscar estar en sintonía con los de la persona que me ataba a la vida.

Poco a poco, el hielo junto a su resquemor se alejaban de mi, era como si me quitaran un gran peso de encima, lentamente y con algo de esfuerzo comencé a abrir los ojos, acostumbrándome lentamente a la luz, una figura empezaba a dibujarse ante mi, pude escuchar como soltaba un suspiro aliviado, aquel sujeto acariciaba mi rostro con tanta adoración que me asuste y lágrimas traicioneras se escaparon de mis ojos.

“Has vuelto” Me murmuro aquella voz profunda e hipnotizante, cuando al fin pude acostumbrarme a la claridad, me encandilo su sonrisa y sin poder evitarlo siquiera, conteste con una propia. “Amor” insistió él, con sus hermosos ojos verdes observando detenidamente mi rostro, parpadee confundida, contuve el aliento cuando cientos de imágenes iniciaron su desfile por mi mente, entendí que eran recuerdos.

Aprovechando que mi cuerpo comenzaba abandonar su adormecimiento, moví los dedos, levante mi mano y la acerque a aquel rostro un poco pálido, apenas pude acariciar su mejilla, él giro el rostro para depositar un beso sobre mi palma, para luego sujetar mis dedos. Quede atrapada en su mirada y lo recordé, era la otra mitad de mi alma, yo era la suya, eso me dijo y descubrí que era la verdad. Pues nunca cesó su lucha por mí.

“Amado” murmure sin prestarle atención a mi voz cantarina, ni a los hermosos aullidos que los lobos entonaban a la distancia, él se inclino hacia mi buscando unir nuestros labios, sentí como me rodeaba en un abrazo y nuestros corazones se sintonizaban. Yo había vuelto a sus brazos, eso era todo lo que importaba.

“Ahora la noche es nuestra” me dijo como una promesa “Para siempre”

“Para siempre” le conteste yo.

Ya sintiéndome dueña de mi cuerpo, intente incorporarme recibiendo ayuda inmediata, juntos, nos dirigimos a la noche tachonada de estrellas, la neblina nos daba la bienvenida, observamos la luna llena en el cielo, como testigo mudo de nuestro juramento, porque ahora, junto a él, sería una leyenda, un misterio.

Fin