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Siempre...

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16 de mayo de 2011

****LAS ENERGIAS QUE NOS ACOMPAÑAN***



****LAS ENERGIAS QUE NOS ACOMPAÑAN***
Sentada en una de las sillas en las que escuchaba la conferencia observo con un lento recorrido a los allí presentes, con aparente vaga mirada analizaba a cada individuo, captaba las energías, examinaba sus auras, unas energías pesadas y cansadas del recorrido de la vida, otras más brillantes pero cargadas. Dentro de si emitía opiniones, distraída de las palabras del orador, dentro de si deseaba ayudar a aquellos que estaban tristes por el desamor, por la soledad o por la rutina diaria en la que se sumergían para no pensar en las penas, sentía como sus energías querían alcanzar a las personas y ayudarlas.
Matices áuricos se presentaban y sin saberlo ella limpiaba, en tanto miraba y observaba a los allí presentes, sentados en las sillas blancas, iluminados por los bombillos que parecían diminutas estrellas, dentro de si también existía la tristeza, pero sentía felicidad al ayudar a los demás, queriendo hacer más, sin saber que les ayudaba con su sola presencia.
Luego de que se extendieron sus energías y de observar los cuerpos etéreos, sintió más relajado el lugar percibió otras energías que no podía observar, pero las sentía, entidades limpias, puras dedujo que eran los ángeles que acompañaban a cada persona, incluso a si misma.
Luego su mirada se concentro en el orador, la forma en que hablaba, con el gusto de trasmitir sus conocimientos a otros, a su alrededor un halo de luz tranquilo, de un maestro que quiere enseñar, ella sonrió al ver el intercambio de energías en el lugar, parecía un baile de estrellas parpadeantes de múltiples colores.
Luego el cierre del tema, la finalización de la conferencia, todos se levantaron y se marcharon del lugar, ella sentía las energías que se iban en compañía de esas personas y sonreía, al saber que no estamos solos…
La joven de ojos negros, se levanto de su asiento para marcharse, sale del lugar, para dirigirse a tomar un autobús y retornar a su hogar, al cruzar la calle vio a un niño que andaba solo, con su morral y uniforme de la escuela, sintió su energía limpia y su aura era del color del arcoíris, pensó en la pureza energética de los niños, también en los males que quieren llevar a los rincones oscuros a esas inocentes criaturas, el semáforo cambio de color, ella camino al lado del niño sintiendo ansias de proteger al pequeño que andaba solo en los caminos de la vida, a penas estaría en segundo grado y transitaba solo el inocente, ella pensaba en las personas de energías oscuras que podrían intentar dañarlo, en ese instante siente como si algo de ella se extendiera al niño, un ala que se despliega hacia el, pasa a la otra acera en la que esperaría al autobús, el niño sigue su camino y ella levemente logra ver unas plumas al lado del niño y sonríe al saber que junto a el va un ángel que lo protege.
La joven se queda esperando su transporte, una buseta se detiene no es la que le corresponde, pero presiente una mirada que se fija en ella, la joven alza la mirada y allí en el primer asiento un joven la observa, ella siente esa mirada penetrante y se paraliza, siente algo inexplicable, como si esa mirada entrara en ella y se llevara consigo algo, dejándole una sonrisa, ese instante termina cuando la buseta arranca y se van en ella los ojos que la hicieron flotar como pluma en los vientos haciéndola sentir liviana, coloco su mano sobre su pecho y sintió sus acelerados latidos, sonrió comprendiendo el fuerte intercambio de energías acontecido sin saber si algún día lo volvería a ver, esa energía le quito la pesadez absorbida de las personas que estaban en la conferencia, que luego de salir del lugar se sintieron livianas… Y esto fue porque ese joven no era humano, sino un ángel…
Ella con su mano sobre su pecho sonrió y dio gracias a los cielos por el regalo de sentir esas energías como pocos la sienten, porque están distraídos o no creen en ello, pero todos pueden sentir esas energías, buenas o malas, livianas o pesadas, dolorosas o frescas… Un sin fin de las que viajan en el mundo.
Llego el autobús al que debía subir para ir a casa, así lo hizo, pago el pasaje y se sentó en uno de los asientos al lado de la ventana, observaba a las personas transitar y sentía las alas angelicales que les acompañaban… Luego vio su reflejo en el cristal, el bus arranco y ella sonrió al saber que “No estamos solos”…



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