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Siempre...

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10 de enero de 2011

DANGEROUS LOVE IV Prometedor



IV
Prometedor



Mientras la sangre del líder brotaba al suelo observe a los tres impertinentes vampiros que quedaban, uno de ellos se acerca velozmente a Ania y logra herirla sin que yo pueda hacer nada, eso me enfureció y el olor de su sangre hizo que la atención de los tres vampiros que quedaban se centrara en ella, otro que estaba tras de mi al oler la sangre trata de acercarse a ella, así que cuando pasa por mi lado, lo jalo del brazo, lo lanzo contra una ventana que hace que había caído en una oficina el se levanta velozmente hacia mi, yo lo sujeto por los hombros y al ver los vidrios que quedaban en el marco de la ventana con fuerza golpee su cuello contra el para de una vez por todas cortarle la cabeza … Luego me acerque a Ania que estaba herida en su brazo izquierdo y derecho, quedaban dos y estaban sedientos, uno de ellos que tenia su mano llena de la sangre de Ania pasa su lengua por ella y dice –Umh que sangre tan deliciosa- ambos ríen y una mirada macabra aparece en sus ojos, no quería pensar en que le podría pasar a ella. El otro individuo –La sangre de cazadora fresca huele delicioso, creo que nos divertiremos- El que aun tenia sangre de ella en su mano –Por ser tan débiles escorias los humanos cazadores, es que sus insignificantes padres fueron tan fáciles de matar luego de que esos lobos nos ayudaran a localizarlos, tu sangre debe tener un buen sabor al igual que la de ellos- al decir esto último se saboreaba tocando sus colmillos con su lengua y con sadismo en su mirada.

Me dispuse a acercarme a la escena con ansias de eliminarlos, pero antes de que pudiera hacer algo la mirada de Ania tomo un brillo de odio y en un parpadeo con su espada, los acabo rodando así sus cabezas al suelo, valla que me dejo sorprendido, luego en medio de la sangre que cubría el suelo y de las oscuridad me acerque a ella y su espada a mí deteniéndose justo en mi cuello, me miro y dijo –Adolf- yo suspire por la cercanía que hubo entre su espada y mi cuello, luego pensé en que mi nombre en sus labios sonaba delicioso, dejo caer su espada y yo la tome en mis brazos para besarla, sus labios me volvían loco, luego percibo el olor de más vampiros acercándose, el aparato que llevaba Ania vuelve a pitar, pero ella con sus heridas no podría continuar luchando, además el olor de su sangre provocaría aun mas a los vampiros y eso era peligroso, rápidamente le hice un torniquete en cada herida de sus brazos y le dije –Vete Ania- ella me mira asombrada –Pero.. ¿Y tu?- Me dice.
Yo rio y le digo –Tranquila, me se cuidar sólo- ella me ve fijamente con seriedad y dice –Pero este es mi trabajo- la tome en mis brazos salte por una ventana la deje en el callejón, me detuve a robarle otro beso y le dije –Nos vemos, no pelearas con ellos en esas condiciones- ella me dice –Pero eres algo así como de los suyos- yo rio con ese comentario y le digo –No bromees hermosa- ella comprende y yo me preparo para regresar -Pero…- dice ella, la interrumpo dándole un beso, que deleite y salto de regreso -Nos vemos Ania, este encuentro prometedor no ha acabado- y me marche, así acabo algo tan prometedor…Después vendría lo que nos deparara el destino y lo que decidiéramos nosotros…



Continuara…
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