Los
murmullos de la noche me llaman en su hechizo, me invitan a seguir la
senda de plata dibujada por la luna llena, canturrea el sortilegio
nocturno invocando las redes que se extiende a mi alrededor,
atrapándome en un sueño de magia, misterios y poder. Las leyendas
hacen su propio camino y emprenden el vuelo de un ave luminosa, que
desperdiga sus llamas en medio de la oscuridad palpitante que domina
las horas noctambulas.
Las
estrellas y la señora de la noche con su pálida tez, son testigos
mudos de los arcanos ocultos en los recovecos de los mitos que
navegan en un mar de ilusiones y espejismos, abriéndose paso en el
mar gélido de los temores humanos, para calentar los corazones con
la llama eterna de aquel sentimiento que siempre ha existido en el
universo.
Buscándose
dos almas, sin saberlo, necesitándose el uno al otro, como el mismo
aire para respirar, como la misma agua para vivir, como la misma
tierra sobre la que caminar y el mismo fuego que enciende las
emociones. Los secretos de las horas nocturnas se elevan adentrándose
en las nubes nebulosas del cosmos, llamándome, es tan incitante su
llamada, seductora… Que me consagra a sus magistrales horas,
murmurándome hechizos milenarios al oído, grabando en mi alma
aquella prodigiosa obra artística de la creación.
Susurra
la noche, él, llamándome, invitándome a adentrarme en los bosques
misteriosos de sus mundos a enarbolar el canto de los místicos
vientos de la dama de la noche, sometiéndome a un influjo hipnótico,
sosteniéndome protectoramente entre sus brazos, con un calor
avasallante consumiendo el propio centro de mi corazón, elevándome
en una baile de múltiples colores, la explosión del cosmos, el
éxtasis de las estrellas. Me entrego, me elevo y vuelo, soy una con
el universo de la noche, amparada en sus paraísos.
Apri
Plenilunio
Derechos
Reservados
“Paraísos
Oscuros”