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Siempre...

Siempre...

3 de septiembre de 2016

Gélida Pesadilla

Las manos frías
el corazón acelerado
cada vello de la piel erizado
un nudo en la garganta… Sin palabras.

Con las ventanas del alma cerradas
en silencio agonizando
con el aliento agotado
y las piernas atadas…

Sin salida, sin poder correr
congelado en un instante de terror
susurrando al oído la muerte.

Sin valor para voltear a ver
aliento helado por el temor
y la sangre fluyendo como torrente…

El final se presiente

a través del dulce beso de la muerte…

Apri Plenilunio
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