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Siempre...

Siempre...

30 de julio de 2013

-Promesa Oscura-


Camino sobre hielo delgado, entre la perdición y la redención. Transito en la oscuridad de la noche, oculta por su manto de sombras, el bosque parece un lugar encantado con las cortinas de neblina serpenteando entre los arboles, las melodías de las horas nocturnas son como un latido proveniente de la naturaleza...

Observo todo a mi alrededor con un aire ausente, las cosas se mueven constantemente mientras yo permanezco congelada, suspendida en el tiempo... Mi corazón frío discurre adolorido en la ausencia, estoy muerta en vida, es mi penitencia.

He sentido como gota a gota mi sangre fluía sobre el mármol, como miles de cuchillas atravesaban mi piel, la manera en que mi garganta ardía a causa de mis inútiles gritos ante la agonía que me consumía, el fuego me quemaba con saña, yo sólo quería que la muerte se apiadara de mi y me tomara entre sus brazos, alejándome del dolor. Pero esa no era su intención, nadie se apiadaba de mi sufrimiento.

Pero, finalmente... Las cadenas de mi sujeción, el veneno en mis torrentes sanguíneos, el dolor y el fuego, explotaron en un golpe final de un ariete que me levanto del suelo y me dejo caer de nuevo con un sonido sordo, para que me percatara de que la temperatura del mármol igualaba la de mi cuerpo.

Me dieron la bienvenida al mundo de la noche con los brazos abiertos, ante mi un nueva “vida” se desplegaba como las alas perezosas de un imponente cuervo, abrí mis ojos ahora rojos como aquel liquido granate que me daría vitalidad... Con cierta vacilación y sintiendo las lágrimas picar en mis ojos pero sin salir con miedo a ser congeladas o simplemente, ya desde antes era más fácil hacerlas retrocedes que liberarlas a su traición de revelar mi debilidad.

Sigo aquí, esta noche me he despertado con unos ojos grabados en mi mente, una mirada bicolor entre el dorado y el verde, tus ojos... Mis esperanzas se renovaron, la chispa que casi se había convertido en cenizas, se encendió de nuevo en una hoguera, después de tanto tiempo en que ya me había resignado a creer mentira la promesa hecha por mis “creadores” de que en está vida encontraría a mi otra mitad.

Estoy cerca amor mío, cada vez más cerca, puedo sentirte, todo tu ser me atrae y cuando te des cuenta, comprenderás que seré tan tuya como tu serás mío. Un beso para ti, uno nada más... Mí compañero eterno.
Apri Plenilunio
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Paraísos Oscuros”