El
frío y la oscuridad buscaban devorarle, con afán se escurría
dentro de su corazón el hielo, que se sentía como miles de
cuchillas atravesando el alma... Las horas transcurrían como
pequeñas estrellas que se lanzaban desde el cielo en una caída
rápida hacia el vació, yerta era la agonía mientras el hielo hacia
su trabajo, disgregándose en las arterias, quemando con su gélido
aliento, devorando con satisfacción mal sana las esperanzas de las
almas...
Detrás
suyo, una cascara vacía y congelada, los cristales de aquellos
glaucos ojos se empañaban dejando ver a través de ellos el paso del
frío, que como un ente vivo se movía con hambre y codicia...
Se
estremecía aquel cuerpo cansado, congelado y en medio de las
sombras, deseando, anhelando detener el tiempo, congelar todo, parar,
no continuar más...
Abre
los brazos dándole la bienvenida a aquel acto de frialdad,
entregándose al silencio y a la oscuridad, para saber, para
encontrar, lo que hay más allá...
Con
una leve esperanza, de que habrá algo más, de que aquella semilla
de iluminación se sembrara, la tempestad se extiende, nieve blanca
se confunde con la sangre...
Un
aliento final, en forma de nube, al chocar la última bocanada de
aire caliente con el gélido suspiro de la muerte....
Un
beso y es el final... Se detendrá el tiempo, las flores dormirán,
el viento ya no soplara más... Quedara el hielo, el silencio, la
oscuridad y el vacío, nada más...
Y
desde el rincón más oscuro brillara la luz azulada, que le
liberara... En mutismo se develara el secreto, se sabrá la
verdad....
Apri
Plenilunio
Derechos
Reservados
“Lóbrega
Salvación”