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Siempre...

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14 de enero de 2011

DANGEROUS LOVE V Búsqueda y Pasión


Búsqueda y Pasión
Los días pasaron…
Y yo aun seguía a la cazadora que me había robado el corazón, la acompañaba por si la podía ayudar en algo, pero realmente ella sabia como hacia su trabajo y prefería hacerlo sola… Esa noche su actitud era diferente no estaba buscando que cazar mas bien buscaba información, en esos momentos yo no lo sabia pero lo que buscaba era a un hombre lobo que estaba fuera de control, se detuvo frente a unas oficinas, me extraño un poco porque no era un lugar frecuentado por los lobos… Así que baje de la azotea desde donde la seguía -Hola Ania- le dije y me le acerque para probar sus labios, ella me dijo -Hola Adolf- sonriendo pícaramente -¿Aun me sigues?- luego se acerca a mi, la tomo por la cintura y le doy un beso probando ese néctar que me deleitaba, luego de que nos separamos se dirigió a una puerta que estaba en un callejón, luego de abrirla, me hizo una señal para que guardara silencio… Subió unas escaleras, era de noche y el lugar estaba sólo, pero Ania estaba buscando algo, yo simplemente estaba junto a ella porque me gustaba estarlo y también me intrigaba saber lo que buscaba.
Caminamos por un largo pasillo, se detuvo frente la puerta de una de las oficinas, saco una llave maestra y la abrió, luego entro sigilosamente, yo la observaba y me gustaba como hacia las cosas en silencio, toda una cazadora en ese aspecto no es muy diferente a nosotros… Luego se acerco a un escritorio forzó la gaveta que estaba cerrada con llave y saco unos documentos, yo la observaba, ella me miro y noto que estaba intrigado -Busco la localización de uno lobo muy peligroso que además es el más psicópata que hemos conocido y con el cual han experimentado genéticamente, tengo que encontrarlo antes de que pase algo terrible- yo le dije -Entiendo ¿pero por qué en estas oficinas?- ella me respondió -El dueño de esta empresa es un lobo poderoso- ante esta respuesta me quede sorprendido sabia muchas cosas, incluso que yo no conocía.
Ella me dijo -Ya encontré lo que buscaba, vamos- Ya sabia donde estaba y se disponía a buscarlo… -¿Iras sola?- le pregunte, pero claro que yo la acompañaría, igual le pregunte porque vi el nombre del lobo y ciertamente era muy poderoso Lowf, era casi una leyenda, pero la cazadora Ania también lo era. –Sí, pero se que tu vendrás…- me respondió y me sonrió, vaya que esa sonrisa me encantaba, pero lo que más me gustaba era ella –Claro que te acompañare- me le acerco viéndola fijamente a los ojos, la tomo por la cintura, la acerco a mi y la beso.
Ella me dice –Debemos irnos de aquí, no sabemos quien pueda llegar- Yo no le respondí, sólo quería seguir deleitándome con sus labios y permanecer en sus brazos, tenerla siempre en los míos, ella se recuesta en la pared, yo coloco mis manos sobre la pared y la beso, ella rodea mi cuello son sus brazos, escucho sus latidos acelerados, ella sentía lo mismo que yo, le dije -Te amo Ania…- Ella guarda silencio se separa de mí y se sienta sobre el escritorio, yo me acerco de nuevo a ella y la observo esperando una respuesta, ella me dice -También te amo Adolf- y con una sonrisa extiende sus brazos hacia mi, yo voy hacia ella y la abrazo como si mi vida dependiera de ello pensando en nunca querer estar lejos de ella de nuevo, luego me dirijo a sus labios de los cuales siento besos apasionados, me deslizo hacia su cuello y siento la suavidad de su piel con mis labios, escucho una leve risa de ella y un suspiro, sonrió, vuelvo a sus labios, deslizo mis manos hacia sus muslos, ella deja escapar un gemido y me abraza, la recuesto en el escritorio lanzando algunas cosas al piso, nos besamos y nos entregamos a las caricias, suelto su cabello para acariciarlo con mas libertad y beso su cuello hasta llegar a su labios, ella se estremece ante mi contacto y me rodea con sus piernas, hasta que escucho un pitido y era su aparato que decía que se acercaban algunos lobos, ella se sienta súbitamente, se arregla la chaqueta, coloca lo que se calló sobre el escritorio y yo abro una ventana no quería luchar esa noche, tenia otros planes mas agradables por así decirlo, ambos salimos por la ventana, ninguno de los dos pensaba en ese tipo de batallas en ese momento, podía percibir su fragancia excitada y apasionada, tal como estaba la mía, estábamos en un lugar alto, Ania no podía saltar de allí, pero yo si, la tome en mis brazos dispuesto a saltar con ella… Ania me dice -¿Qué haces?-
Yo le digo -¿Confías en mi verdad?- ella me responde -Si claro- Yo sonrió y agrego -Entonces vámonos- ella asintió con la cabeza y me sonrió, así nos marchamos del lugar desapareciendo entre las sombras de la noche…
Continuara…
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