Soy
luz y oscuridad, danzo entre las aguas de los mares turbulentos de
este mundo, remonto nubes tormentosas en un suspiro del tiempo, ando
por senderos tenebrosos o luminiscentes, rozo los pétalos de las
rosas recién florecidas y camino sobre las hojas muertas caídas de
los arboles, en sus múltiples tonalidades, de vida, muerte y
resurrección.
Siento
en mi la llama de vida, que se apaga y se enciende, renaciendo en su
propia agonía como el fénix, levantándose siempre a pesar de ser
presa del dolor... Con miedo pero presta a demostrar su valor, con
ánimos y decepciones... Soy atrapada por un océano avasallador de
pensamientos e ideas, tanto oscuras como luminosas... Mi corazón,
venda sus heridas y pese a gotear sangre en su camino, prosigue su
marcha silenciosa hacia el final...
Inevitable,
sabe que llegara, pero no le teme, lo espera con ansiedad... No hay
nada por demostrar, todo se pierde y todo nos perderá, escucha a la
distancia el canto de aquella ave nocturna que empieza a entonar su
melancólica canción, desgranando melodiosas tonadas que rasgan el
silencio de la noche, con su armonía.
No hay
nada, sólo el hábitat nocturno, el frió de la noche, el cielo
tormentoso, las palabras del viento llenas de presagios, la luna
escondida en algún lugar y las estrellas haciéndole compañía, el
murmullo de los misterios de la noche se hacen presente, acunando con
su arrullo al durmiente que en medio de su vaporoso sueño, permanece
indiferente a los misterios de la noche.
En
medio de la oscuridad, el frió y el silencio, bajo el manto
nocturno, se encuentra, escondida aquella sirena, que espera por
ti... Atada a aquellas cadenas que le hacen sangrar, el alma
vacilante a punto de abandonar el cuerpo que esta cansado de
respirar, aguanta un segundo más... Simplemente porque así es como
le corresponde sobrevivir, esperando, aguardando que algún día en
medio de las tumultuosas olas de aquella penumbra, encuentre aquello
que hace que valga la pena haber vivido en medio de este mundo
mortal, doloroso.... El amor, ¿la única razón valida para
vivir?... Quizás...
Puede
que lo que la mantenga con ese talante de permanecer aunque no
quiere, es la pequeña caja que resguarda escondida entre sus manos,
tras sus cabellos oscuros.... La esperanza, protegida en medio de la
obscuridad.... Encerrada en ese cofre, heredado a la humanidad por
Pándora.
Un
suspiro y una vez más el ave mítica levanta sus alas, llorando pero
sobreviviendo, sufriendo pero riendo... Porque algo que tiene claro
es que la vida es un soplo fugaz, que nos forja como espada,
invitándonos a guerrear, hasta el final... Siempre... Pese al dolor
y el sufrimiento, es testigo el firmamento, de que somos peregrinos
en lo incierto, que se eleva el pensamiento, que el aprendizaje no
termina y pese a caer, a arder o soportar agonías... Del dolor se
puede renacer, abriéndole los brazos al frío de la noche... Hoy
vuelve a nacer..
Apri Plenilunio
Derechos Reservados